Solo al acercarse al conflicto los equipos podrán alejarse de el.
Queremos compartirte un ejercicio sencillo y practico para que implementes con tu equipo. Al facilitar jornadas donde se definen planes de acción, nos hemos dado cuenta que el factor más importante termina siendo el compromiso que asume cada integrante.
Teniendo la confianza como base en nuestras relaciones laborales, es que nos atreveremos a normalizar o gestionar el conflicto. Cuando no se ha generado aún la confianza necesaria entre los integrantes de los equipos no será posible poder hablar abiertamente de las vulnerabilidades y se podrá observar como cada uno cuida su posición e intenta quedar ¨bien parado¨ sin permitirse ahondar en la búsqueda de verdaderas razones y soluciones para afrontar el conflicto.
El consultor o facilitador externo activa al equipo para observar distintas posibilidades y tiene el objetivo de generar un ambiente positivo dispuesto a encontrar soluciones a los problemas, en todo caso igualmente la responsabilidad de generar cambios pertenece siempre al equipo en cuestión que decide avanzar o no.
Durante nuestros tallares de comunicación y liderazgo siempre valoramos y reflexionamos sobre la diversidad de pensamiento y comportamiento y sobre el reto que significa lograr escuchar y aceptar los puntos de vista que difieren al propio, lo que claramente no significa que dejemos de creer, en una primera instancia, en nuestra postura inicial, ¿Y entonces cuál es la manera de lograr que todos remen hacia la misma dirección? La respuesta es: Respetando la decisión que se originó en conjunto
Al iniciar un debate o reunión tómate 15 minutos para realizar el siguiente ejercicio que brindará claridad y generará confianza al permitir conocer las opiniones de cada uno de cómo desean enfrentar las discusiones y los debates y los límites que cada uno encuentra aceptable.
De manera individual logra que cada integrante escriba sus preferencias naturales en relación a comportamientos aceptados y no aceptados cuando hay discusiones o debates. Por ejemplo, uso del lenguaje, tono de voz, contenido emocional, expectativas de involucramiento y participación, distracción y tiempos de duración y respuesta.
Cada integrante deberá de compartir su información de preferencia. Los demás integrantes deberán de mantener una escucha activa. El facilitador o líder debe de anotar elementos clave, similitudes y diferencias de lo expresado.
Hablen de las preferencias colectivas prestando atención en las áreas con más diferencias. Traten de llegar a un común entendimiento de lo que es aceptable e inaceptable al surgir algún conflicto teniendo como clave el compromiso.
¿Qué aprendieron como equipo? ¿Cómo podrían registrar el aprendizaje para que perdure en el tiempo?
Ponlo en práctica y observa los grandes resultados. El presente es el guardián de los verdaderos cambios.
Los intercambios de opiniones abiertos y guiados fortalecerán a tu equipo, mejorarán la comunicación y acelerarán las mejoras.
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